Carta de una hija a su madre

Mamá, hoy me gustaría agradecerte por darme la vida, (sé que suena obvio, pero de verdad estoy agradecida de que hayas sido tú) y es que a veces las actividades mundanas; el trabajo, la escuela, la búsqueda del amor y el ocio, me quitan el tiempo para demostrarte mi gratitud, aunque ya viéndolo de esta manera me parecen excusas un poco tontas (perdón por eso).

También quiero darte las gracias por estar siempre conmigo y jamás dejarme sola, por las noches en vela y los días atareados en lo que no te dejé tomar ni un respiro. Ahora con el paso de los años me doy cuenta de todos los sacrificios que hiciste por mí, hoy entiendo que alguna vez fuiste una chica joven con grandes planes e ideales (como lo soy yo ahora) y dejaste todo por seguir el sueño de ser madre, no tengo con qué compensártelo, únicamente con el amor que te tendré hasta el último de mis días y quizás más, si es posible.

Ahora necesito pedirte perdón por todas las veces que voluntaria o involuntariamente te lastime, sé que tu entendiste en su momento mi egoísmo adolescente y no guardas ningún rencor, pero es importante que sepas que me arrepiento de cada uno de mis arrebatos, perdóname por ser tan obstinada, y probablemente grosera, yo admito que en ese entonces no era la mejor hija, pero tú si eras la mejor madre.

No tienes idea de cuánto admiro tu valentía, tu temple, tu fuerza indomable a la hora de defenderme, de cuidarme y de protegerme, hasta el día de hoy no dejas de asombrarme, hasta el punto de pensar que si algún día me convierto en madre quiero ser la mitad de buena que tú, y con eso bastaría para que fuera maravillosa.

Diciéndote todo esto me doy cuenta de lo estúpido que es tener un “Día de las madres”, porque tú no solo me diste un “Día de la hija”, tú me entregaste tu vida entera  y es muy injusto que yo solo te devuelva 24 horas. Prometo darte más que eso, mucho, mucho más, y no solo sentirlo, sino hacerlo.

A veces me pregunto qué sería de mi sin tus consejos y apoyo, pero es algo que no quiero responder. Por eso hoy me gustaría proponerte algo: Caminemos juntas esta nueva etapa de la vida, como compañeras y amigas, como mentor y alumna, enséñame a tener el alma tan paciente, la mente tan decidida y el corazón tan inmensamente grande, por favor.

Te amo mami.

Imagen vía iStock/Martinan

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