Cómo viajar en un automóvil eléctrico me cambió la perspectiva
Viajar en un automóvil eléctrico, ha sido una de las mejores cosas que he vivido, y no solo por la experiencia de conducir un auto que no requiere gasolina, sino porque el viaje en sí, cambió por completo, mi relación con el medio ambiente.
Hace unos días, pensaba que estaba contribuyendo al cuidado del medio ambiente, reciclando unas cuantas botellas de plástico y llevando un par de bolsas de tela al supermercado. Pero, fue un viaje de tres días a la Florida, lo que realmente me llevó a descubrir, lo minúsculo de mi esfuerzo, comparado con lo que otros estaban haciendo por el planeta.
Para llegar a esta reflexión, literalmente, tuve que recorrer varios caminos. Mi travesía comenzó en la ciudad de Miami, a donde llegué, con la intención de probar el nuevo Chevrolet Bolt EV 2020, un vehículo cien por ciento eléctrico que, de acuerdo a la descripción de la compañía, era capaz de recorrer hasta 259 millas, con solo una carga de batería. ¿Cómo se cargará? Fue lo primero que pensé, cuando lo vi en una fotografía. Sin embargo, como alguien que vive pegada al celular, no tardé en suponer que el proceso sería similar al de cualquier otro dispositivo electrónico. Otra duda que, de inmediato me surgió, fue dónde podría cargarlo. ¿Habría suficientes estaciones durante mi trayecto, para que no me quedara en medio de la calle sin batería? Y otra duda, no menos importante fue: ¿El coche me avisará cuando necesite cargarlo?
Crédito: Miriam Micieli PhotographyCrédito: Miriam Micieli Photography Crédito: Miriam Micieli Photography Crédito: Miriam Micieli Photography Crédito: Miriam Micieli Photography
En fin, anoté todas estas preguntas, para aclararlas la mañana siguiente, durante la presentación oficial del Bolt EV 2020. Pero, una vez en la habitación del hotel, poco antes de dormirme, noté algo más que me llamó la atención. Las luces de la habitación en donde me hospedaba -que funcionaban con una pantalla táctil inteligente- tenían un sistema de encendido y apagado automático. Después de unos minutos, si no había actividad en la habitación, se apagaban para ahorrar energía. Además, el hotel contaba con un sistema de puntos, bastante interesante: Por cada vez que decidieras no utilizar el servicio de limpieza a la habitación, éste te regalaba puntos para tu próxima estancia. Era la primera vez que veía una iniciativa similar, ¡y eso me gustó! Para mis adentros pensé: “Ojalá más hoteles, implementaran este tipo de medidas”.
Entendiendo el mundo de los vehículos eléctricos
A la mañana siguiente, acudí a la presentación del Bolt EV, esperando salir con muchas más dudas que respuestas (dado mi poco entendimiento sobre los autos eléctricos) pero para mi sorpresa, rápidamente aprendí que, a diferencia de los autos convencionales, que funcionan con diferentes tipos de gasolina, los vehículos eléctricos, funcionan con 3 niveles de carga distintas.
El nivel 1, es el más básico y consiste en un cable de carga portátil de 120 voltios, que se puede enchufar a cualquier tomacorriente de tres clavijas. Este método tarda más, por lo que se recomienda dejar el automóvil cargando toda la noche (alrededor de 12 horas) para obtener un alcance de hasta 48 millas. El nivel 2, es más rápido y requiere de una unidad de carga instalada por una empresa eléctrica especializada. Este método (que es el que más se recomienda para la casa) permite a vehículos como el Bolt EV 2020, obtener un alcance de hasta 25 millas, en solo una hora de carga. Y, finalmente, el nivel 3, conocido como Carga rápida de CC, se obtiene en una unidad de carga rápida, instalada en distintos puntos de la ciudad. Este mecanismo ofrece un alcance de hasta 100 millas, en solo 30 minutos.
Para saber en dónde se encuentran instaladas estas estaciones, existen distintas apps como Charge Point, PlugShare o, en caso de tener un Chevrolet, la aplicación MyChevrolet, que te ayudarán a ubicar dónde se encuentran los centros de carga en tiempo real, planear rutas en torno a ellas y verificar el estado de carga y nivel de tu batería. Otro aspecto importante sobre los vehículos eléctricos, es identificar el tipo de conector que tiene tu automóvil, pues no todas las estaciones de carga rápida son compatibles con éste. En el caso del Bolt EV, por ejemplo, el tipo de conector (para carga rápida CC) es un Combo SAE J1772, uno de los más comunes, por lo que puede llegar a ser más fácil cargarlos en los puntos de carga.
En cuanto al costo de tener un auto eléctrico, hay que considerar primero, lo mucho que puedes ahorrarte en gasolina. De acuerdo a la página oficial de Chevrolet, “si se compara con un vehículo nuevo promedio del mismo tamaño, la EPA estima que, con el Bolt EV, podrías ahorrar hasta 5 mil dólares en costo de combustible durante 5 años, o casi mil dólares por año, o unos 70 dólares por mes”. Por otra parte, la asociación Drive Change, Drive Electric, señala que “aunque el precio de la compra inicial, suele ser más alto, es importante considerar rebajas, ahorros en mantenimiento y gasolina, descuentos de las aseguradoras y los incentivos fiscales”. Por ejemplo, en el estado de Nueva York, te pueden regresar hasta 2 mil dólares, por tener un auto eléctrico. Mientras que, a través de los créditos fiscales federales, podrías ahorrarte hasta 7,500 dólares, en la compra de un automóvil eléctrico, según datos de esta misma organización.
Y a todo esto: ¿Qué se siente manejar un vehículo eléctrico?
¡Nada! Y lo digo, en el buen sentido de la palabra. Lo primero que me sorprendió al encenderlo es que no hace nada de ruido. Acostumbrada al típico rugido que produce el motor cuando se enciende, me resultó bastante extraño saber que el automóvil estaba en modo on, sin que se sintiera que estaba en marcha.
Otra característica, que me llamó mucha la atención, fue que la velocidad puede pasar desapercibida ante el conductor. Soy una persona, a la que no le gusta usar el acelerador, pero en este vehículo (que tiene la capacidad de ir de 0 a 60 millas en solo 6.5 segundos), me sentí lo suficientemente cómoda y segura, como para acelerar (dentro del límite legal de velocidad), sin nada de miedo.
Asimismo, me cautivó que el automóvil, estuviera dotado de un sistema de conducción de un solo pedal, que permite que, en lugar de abusar del freno (lo cual impacta más al ambiente), el automóvil se detenga, paulatinamente o completamente, con solo levantar el pie del acelerador.
Para que esta función entre en marcha, hay que colocar el vehículo en la modalidad Low (L) y, por supuesto, ponerla en práctica antes, para acostumbrarte a su funcionamiento.
Otra tecnología similar en el Bolt EV, es el sistema denominado, Regen on Demand, el cual te permite aminorar la marcha -sin pisar el freno- con solo tirar de la paleta en el volante ¿Cuál es el beneficio de esto? Este mecanismo, te permite convertir la energía en más electricidad, que se transfiere de nueva cuenta a la batería, lo que se traduce en más tiempo de vida de tu vehículo. Aunque, si hablamos de durabilidad de la batería, ésta es bastante eficiente, pues después de haber estado, más de 40 minutos atascada en el tráfico de Miami, llegué a la ciudad de Naples (localizada a 125 millas de Miami) dos horas y media después, ¡con 110 millas de sobra! Esto me dio una idea de qué tan lejos me puede llevar el Bolt EV, con una sola carga de batería.
Segunda parada: Naples
Ahora que sabía un poco más sobre los vehículos eléctricos, pude relajarme y reflexionar sobre todos los esfuerzos que, tanto empresas como individuos, estaban haciendo para proteger al medio ambiente. Ya instalada en el hotel, un aviso en mi habitación sobre el desperdicio del agua y la cantidad de detergente que se utiliza, diariamente, en todos los hoteles del mundo para lavar las toallas, llamó mi atención. “Durante su estancia, cambiaremos las toallas cada tres días. Si no desea participar en este programa, por favor, deje las toallas en el suelo y las cambiaremos cada día”. Aunque, no era la primera vez que veía un mensaje similar, era la primera vez que realmente le daba el sentido y la importancia que merecía.
Más noche, tras una pequeña caminata por la iluminada y elegante avenida, 5th Avenue South, comencé a entender el verdadero sentido de este viaje. Recordé los esfuerzos ecológicos del primer y segundo hotel en el que me hospedé, pensé en la novedosa tecnología que estaba utilizando Chevrolet para disminuir su huella de carbono, me acordé de la clase de gastronomía sustentable (basada en el uso de productos locales, frescos y orgánicos, para fomentar el consumo de alimentos responsable con el medio ambiente) que había tomado en un restaurante antes de desplazarme a Naples; y me di cuenta que debía comprometerme muchísimo más con el medio ambiente.
Última parada: Babcock Ranch
Aún no llegábamos a la última parada del viaje de prensa, y yo ya sentía que, regresando a casa, tenía que comenzar a implementar acciones para cuidar más de mi planeta. Me veía cosechando mis propios vegetales para sumarme al movimiento de la cocina sustentable, planeaba disminuir, drásticamente, mi consumo de energía en casa, e incluso, no descarté la idea de adquirir un auto eléctrico, tan pronto se venciera mi lease.
Pero fue nuestra visita a Babcock Ranch, lo que terminó de abrirme los ojos . Y es que, esta comunidad de más de 400 residentes (ubicada a 50 millas de la ciudad de Naples), funciona a base de energía solar, gracias a los más de 300 mil paneles solares que tienen instalados, a lo largo de 440 hectáreas. Lo admirable de esta “mini ciudad”, (cuya visión es albergar a más de 50 mil habitantes, en un terreno de 6 millones de pies cuadrados), es que todas sus instalaciones, incluyendo los restaurantes, las tiendas, el pequeño hospital que alberga, la guardería con la que cuentan y demás servicios que ofrecen a sus residentes -como las estaciones de carga para autos eléctricos-, funcionan gracias a este imponente campo solar.
“Queremos estar a la vanguardia de esto, queremos impulsar la innovación, queremos ser quienes lo hagan primero, así que estamos trabajando con nuestros socios para que esto suceda”, expresó Syd Kitson, fundador de Babcock Ranch, en un recorrido por las instalaciones de lugar. A su visión se suma la de la FPL (Florida Power and Light Company), quien no solo trabaja de la mano de Babcock Ranch, para proveer a sus residentes de energía solar, sino que también cuenta con 18 centros solares, ubicados por todo el estado de Florida, y se ha comprometido a instalar 30 millones de paneles solares, por todo el estado, para el 2030.
Crédito: Babcock Ranch Crédito: Babcock Ranch Crédito: Miriam Micieli Photography Crédito: Miriam Micieli Photography Crédito: Miriam Micieli Photography
“Nos hemos comprometido con el uso de autos eléctricos también, tenemos estaciones de carga a lo largo del estado y actualmente, estamos buscando crear 1,200 asas de carga, para ubicarlas en 100 locaciones, por todo Florida, para que sea más fácil viajar en autos eléctricos”, nos explicó al final del viaje, Mariela Quintanilla, especialista del departamento de Comunicaciones de la FPL.
Cambiando de perspectiva…
Tras escuchar esta última declaración y ser testigo de todos los esfuerzos que estas empresas estaban haciendo para proteger el planeta, no pude evitar reprocharme lo siguiente: “¿Por qué mientras otros están poniendo todo de su parte, para preservar el medio ambiente, otras personas como yo, muchas veces, ni siquiera nos molestamos por separar correctamente la basura que desechamos?”. Ahora que la vida me había dado la oportunidad de ver estas iniciativas, era momento de seguir el ejemplo, era momento de cambiar y de tomar acciones, para que mis hijos pudieran seguir disfrutando de este planeta.
Y así, con esta nueva perspectiva, por fin regresé a casa. Estaba lista para unirme a esta misión y hacer todo lo que estuviera en mis manos, para ser parte de quienes construyen y no destruyen.