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Así se vive un ‘NBA All Star’ (FOTOS Y VÍDEO)

Histórico. Ésta puede que haya sido la palabra más repetida a lo largo del pasado fin de semana en Toronto. Histórico en cuanto a emplazamiento: Primera vez que el juego salía de los Estados Unidos. Histórico por sus nombres: Kobe Bryant se elevó a leyenda y Aaron Gordon y Zach LaVine demostraron que para volar no hacen falta las alas. Los números también hicieron de las suyas: Récord de puntos anotados en un ‘NBA All Star Game’, 196-173 y victoria para el ‘Western Conference’. Ha habido muchos más momentos, individuales y colectivos y lo bueno, es que todos representaron unidad y equipo.

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Imagen Kobe Bryant de Adriana Rey. Las fotos de Aaron Gordon y Zach LaVine son cortesía de NBA/Getty Images

Toronto

Foto Adriana Rey

Para que un evento de estas características funcione y transcurra con normalidad, hay muchísimos factores previos y posteriores que se encargan de que así sea. Desde aquel 30 de septiembre del 2013, cuando Adam Silver -comisario de la NBA– anunciaba que Toronto sería la ciudad que acogería el ‘All Star 2016’, la maquinaria comenzó a funcionar y el reloj se puso en marcha. Los miles de trabajadores que la NBA tiene repartidos por el mundo, empezaron a elaborar sus planes de área y la ciudad canadiense hizo lo propio sabiendo que ‘NBA All Star’ sería una buena inyección en sus arcas públicas (y hablamos de previsiones de casi 100 millones de dólares). Bastaba con que preguntases a los taxistas y conductores de Uber, que no pararon en todo el fin de semana ante más de cinco mil reservas de hotel en la ciudad. Uno de ellos fue ‘Sahid’: “Después de 15 años en Toronto te puedo decir que nunca había trabajado con tanta ilusión. Me encanta el baloncesto y he tenido la suerte de llevar en mi coche al rapero Drake“, confiesa con una gran sonrisa. Además, la bajada de temperaturas jugó a su favor -en el caso de Sahid, que no en el nuestro-, ya que las opciones de desplazamiento para los que allí nos encontrábamos siempre se repartían entre subir a los autobuses habilitados por la NBA, caminar por el sistema de túneles subterráneos de Toronto, o pedir un taxi que nos evitase tener que experimentar cómo se comporta tu cuerpo a 28 grados bajo cero (-18ºF). A pesar de ello, el frío no redujo ni un ápice la emoción y notamos cómo esa gran fiesta había sido más que una buena noticia para una ciudad que vio nacer el baloncesto hace 125 años y que además, celebraba el 21 aniversario de los ‘Toronto Raptors’.

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Foto Adriana Rey

Responsabilidad social y patrocinadores
En este tipo de celebración todo gira en torno al “Juego de las Estrellas”, pero lo cierto es que hay mucho más a su alrededor. ‘Basketball without Borders’ es un buen ejemplo de ello. Un campamento juvenil con 53 jugadores de 27 países que a lo largo de todo el fin de semana, aprendieron de profesionales de la NBA y la FIBA. Hubo otro evento importante y uno de los que más disfrutó la afición en Toronto. Fue el ‘NBA Centre Court’, donde decenas de canchas de baloncesto hicieron las delicias de aquellos que quisieron practicar sus habilidades en el basket, o comprar algún recuerdo en la tienda de merchandise. La camiseta de Kobe Bryant fue la más vendida, se agotó el sábado por la mañana: “Al ser su despedida, la mayoría de los clientes la quieren como recuerdo”, decía uno de los dependientes. El ‘NBA Centre Court’ se postulaba además como uno de los puntos fuertes en cuanto a fidelizacion se refiere. Un centro al que han acudido cientos de familias y hay que recordar, que el disfrute del baloncesto en familia es uno de los fuertes de la NBA: “Esta es la oportunidad para mostrar lo que es la NBA, dentro y fuera de la cancha. Por eso organizamos tantas actividades alrededor y promovemos que nuestros socios vengan y lo celebren con nosotros”, explica Philippe Moggio, vicepresidente senior de la NBA para Latinoamérica. “Muchos de ellos participan junto al staff de la NBA en programas de responsabilidad social, que van desde pintar casas, hasta ayudar a remodelar canchas, depende del lugar”, dice Raúl Zarraga, vicepresidente y ‘managing director’ de la NBA en México. Y es que no podemos olvidar que muchos acuerdos comerciales se consiguen antes de un ‘All Star’, pero también durante y después. Hay que generar confianza y un clima de respeto e intereses comunes, donde por supuesto, las audiencias están encima de la mesa. Los patrocinadores necesitan de los números y lo cierto es que una vez más, “éxito”, ha sido sinónimo del ‘All Star’ con unas cifras que superan los siete millones y medio de espectadores, un 6% más que el pasado 2015 en New York. Obviamente con estos datos, poco se discute, ni se duda. BBVA, KIA, State Farm, Taco Bell, Foot Locker, Mountain Dew, Kumho Tyre, Verizon, Samsung o Nike, fueron los patrocinadores estrella durante un fin de semana en el que era fácil que en las fiestas posteriores a los juegos, pudieses intercambiar pareceres con representantes de empresas tan importantes como Facebook, o Twitter. Un ‘networking’ fundamental que facilite el crecimiento, el desarrollo de sinergias futuras y por consecuencia, la oportunidad de negocio.

El show continúa
El espectáculo caminó en paralelo al ‘NBA All Star’ y ambos se complementaron a la perfección. Desde las actuaciones musicales con un Sting envuelto en un juego de luces espectacular y un Cirque du Soleil en permanente equilibrio, hasta un ‘Celebrity Game’ donde el cómico Kevin Hart no aceptó la derrota contra Drake y durante dos días, explicó a todo aquel que se le acercaba, por qué su equipo no había perdido el partido. Eso es vivir un ‘All Star’, todo sucede, sin trucos. Delante y detrás.

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Foto Adriana Rey

Vivir un ‘All Star’ es llegar a una sala de prensa y tener a las estrellas repartidas en diferentes mesas para atender al máximo de medios posible. Vivir un ‘All Star’ es cruzarte con Shaquille O’Neal en los pasillos, o encontrarte a Horace Grant en la cancha. Vivir un ‘All Star’ es que Nav Bathia, el ‘Superfan’, te diga que “esto es un sueño hecho realidad”, o que Jonathan y Drew Scott conversen contigo. Vivir un ‘All Star’ es entender por qué a Yao Ming le llaman “la muralla china”. Vivir un ‘All Star’ es sorprenderte con la perfección de LeBron James, admirar la humildad de Pau Gasol y ser testigo del amor entre Olivia Wilde y Jason Sudeikis, quien durante unas horas cambió el cine por el baloncesto para soñar con las alturas. Vivir un ‘All Star’ es comprobar que las grandes estrellas son de carne y hueso porque ellos también quieren una foto con Vin Diesel y Vin Diesel con Kobe Bryant. Vivir un ‘All Star’ es emocionarte con los que se emocionan con ‘Black Mamba’, Alberto fue uno de ellos; un joven mago que vio en primera persona cómo su ídolo también hacía magia. Vivir un ‘All Star’ es dormir poco, trabajar mucho y conocer la manera de funcionar de cientos de periodistas de todo el mundo. Y lo mejor, vivir un ‘All Star’ es seguir creciendo con personas que comparten contigo la máxima de que “con una sonrisa, todo sale mejor” y no hay más que ver las casi veinte mil que se dibujaron en las gradas del ‘Air Canada Centre’ de Toronto. Desde ahora y hasta dentro de 12 meses, Michael Jordan toma el testigo. Show must go on -como dijo hace tiempo otra gran leyenda-. Próxima parada: ‘NBA All Star’ Charlotte 2017.

– Aquí pueden ver los saludos que las celebrities enviaron a Latina Cool:

http://youtu.be/hkit_DHE1JE